Riesgo de Traumatismo Craneal en Infantes en Asientos de Coche Orientados hacia Atrás
Un estudio reciente realizado por investigadores de seguridad vehicular ha encontrado que los asientos de coche orientados hacia atrás, considerados ampliamente por expertos como la mejor protección para infantes, están vinculados con traumatismos craneales en infantes durante choques traseros.
El estudio en cuestión utilizó maniquíes modelados según infantes de seis meses de edad, colocándolos en asientos de coche orientados hacia atrás utilizando ya sea los cinturones de seguridad del vehículo o los anclajes “LATCH” situados más abajo. Estos automóviles fueron luego sometidos a un impacto desde la parte trasera. Los investigadores encontraron que los asientos serían lanzados hacia atrás, hacia el respaldo del asiento que los infantes enfrentaban, causando que los infantes golpearan sus cabezas contra el respaldo del asiento.
Aunque a muchos padres les desagrada colocar a sus hijos en asientos orientados hacia atrás debido a su incapacidad de ver al niño mientras conducen, los expertos en seguridad y pediatras están de acuerdo en que los asientos son los más seguros para niños pequeños. La Academia Americana de Pediatría comenzó a recomendar en 2011 que los infantes y niños pequeños de dos años y menores sean colocados en asientos de coche orientados hacia atrás. Desde entonces, varios estados han promulgado legislación que exige que los infantes menores de 2 años sean colocados en asientos orientados hacia atrás, estando California entre ellos. Un número de otros estados recomienda fuertemente esta práctica, pero no la exige. Se ha encontrado que los infantes y niños pequeños en asientos orientados hacia atrás están cinco veces más seguros que aquellos en asientos orientados hacia el frente. Esto se debe en gran medida al hecho de que los choques frontales y los impactos laterales son simplemente más peligrosos que los choques traseros. Aunque hay un riesgo de traumatismo craneal debido a un choque trasero, incluso esas lesiones son menos graves que las que un niño podría recibir estando en un choque frontal mientras está en un asiento orientado hacia el frente. En lugar de sugerir que los padres coloquen a sus hijos en un tipo diferente de asiento, los investigadores que llevaron a cabo el estudio mencionado anteriormente recomendaron que los fabricantes de asientos de coche creen un asiento con mayor capacidad para resistir el movimiento hacia adelante en un choque trasero, como por ejemplo utilizando un amarre que va desde el suelo del coche hasta la parte superior del asiento.
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